jueves, 2 de agosto de 2018

Esta noche Tú.

Esta noche quiero dejarme caer en la cama y sentirme pluma.
Ansío despejar la tormenta de sentimientos que, de un momento a otro, me va a diluviar. Una avalancha de recuerdos, que me golpean y me ahogan, está a punto de alcanzarme y yo no tengo fuerzas ni para intentar escapar de ella. 
Esta noche solo quiero cerrar los ojos y no pensar, no sentir, no querer, no regresar. No quiero volver a saborear la tristeza, no ésta que me parte el alma y me desgarra por dentro.
No puedo soportar la crueldad de volver a pensarte, de sentir que estás de nuevo aquí, pero nunca regresas. 
Te echo de menos. 
Y de repente, estás. Pero lejos, no alcanzo a rozar tus dedos. 
Me miras, sonríes y tu olor me inunda, juegas conmigo y me cantas bonito. Yo río, tanto que, las mejillas me cierran los ojos, y tú ya no estás. 
Nefasta y cobarde ilusión de creer tenerte aquí, sabiendo que estás incluso más lejos de mis sueños.

Tú, tú que has sido amor tantos años y, ahora, eres polvo eterno; luz en la oscuridad; paz en el silencio; hijo de la Tierra y razón de llanto. 
Tú, que eres estrella y guía, ahora y por siempre; fugaz y efímero camino; destino de todos. Tú.





domingo, 11 de marzo de 2018

Galaxia.

Casi sin querer, cayó la noche y todo se volvió oscuro en aquella habitación donde, como cada noche, ella descansaba del peso del mundo.
Sin embargo, había algo extrañamente distinto aquella noche, junto a ella se iluminó una galaxia entera.
Pasó largo tiempo besando cada uno de los lunares de aquella ruda y fornida espalda que se había recostado a su lado.
Su respiración era constante y calmada, debía haberse dormido hacia apenas unos minutos.
Su cuerpo desprendía calor, una especie de calor donde quieres quedarte a vivir siempre, eso que a ella le gustaba llamar "calor de hogar".
Hacía tiempo que se había dado cuenta que esos brazos eran su casa, que quería quedarse a vivir en aquel lugar muchos años más. Se sentía a salvo estando muy cerca de allí.
Sus delgadas manos terminaban en unas blanquecinas y afiladas uñas que acariciaban con cariño su torso desnudo, y la piel de aquel chico se erizaba con rapidez.
Sonriente y satisfecha, se dispuso a abrazarlo pidiendo a la luna que aquella no fuera la última noche.

jueves, 17 de agosto de 2017

Barcelona ❤

Cuán maravilloso y devastador resulta a veces el ser humano, siempre tan variado que sabe como sorprendernos.
Es increíble la manera tan profunda que tenemos de sentir, de ver las cosas con otros ojos, en otros zapatos, dentro de otra piel. Y ofrecernos para darnos a tiempo completo, y a cuerpo completo, a servir a un colectivo herido e intentar curar corazones destrozados. Acogiendo a personas para ser su familia en este periodo de debilidad, abrazando niños que se encuentran desamparados, repartiendo un poco de orden a todo este desconcierto que nos agolpa a todos por sorpresa.
Porque ahora, más que nunca, nos está tocando actuar y subir el tono de nuestra voz para gritar con firmeza a la cara todas las injusticias. Nos toca ser calma y consuelo de quienes sufren aleatoriamente este tipo de imprudencias. Estamos cosiendo almas desgarradas por el dolor y acariciándo miradas tristes que rebosan miedo e incertidumbre.
Tras enfrentarnos a estas barbaries, no debemos dejar que nos invada el odio, es necesario que sigamos amando más y mejor.
Sólo el amor puede salvarnos.

domingo, 2 de julio de 2017

Ojalá me quieras siempre libre.

Ojalá me quieras siempre libre, enamorado de mis alas y de mi sabor a libertad. Soñando que volaremos siempre juntos, pero nunca atados.
Porque el amor muere cuando se encarcela. Se siente como un pájaro que pía a la tristeza cuando se halla al otro lado de las rejas. Anclado para siempre a esa jaula, sin elección a marchar y retomar el vuelo para batir sus alas en un nuevo mundo que, lo invita a no frenar.
El amor se marchita cuando se incita a permanecer en la oscuridad, en la esclavitud, en la prohibición y en la obligación de caer en el olvido de quiénes eramos antes de conocernos.
Porque cuando el amor aprieta, ahoga y, uno nunca puede amar a la muerte.

domingo, 11 de junio de 2017

Contigo soy capaz de ser capaz.

Contigo soy capaz de ser capaz. No me dejas tener imposibles y eso es algo que sólo contigo he aprendido.

Contigo soy capaz de ser capaz. Porque nunca dejas que me rinda, porque haces que crea en mi infinidad de veces.

Contigo soy capaz de ser capaz. Porque me das la fuerza para no tirar la toalla nunca. La constancia y el esfuerzo es tu lema diario. 

Contigo soy capaz de ser capaz. Porque me has enseñado que los sueños serán siempre más grandes que los miedos, que las metas largas sólo necesitan carreras más prolongadas para llegar a alcanzarlas.

Contigo soy capaz de ser capaz. Porque nunca antes había conocido a alguien que se comiera todas y cada una de mis inseguridades.

Contigo soy capaz de ser capaz. Porque haces que se desvanezcan mis dudas.

Contigo soy capaz de ser capaz, porque desde que te conocí quise ser eterna a tu lado.


jueves, 8 de junio de 2017

Hoy la vida me pide frenar.

Hoy la vida me pide frenar, tomarme las cosas con más calma, con mucha más tranquilidad. Me susurra que las cosas son más bonitas si te paras a mirarlas despacio, y que la felicidad la voy a encontrar en las cosas pequeñas.

La vida me quiere dar estabilidad y plenitud, pero me pide paciencia. Ella misma quiere que disfrute de forma pausada de todo lo que me está ofreciendo hoy por hoy.

La vida requiere lentitud y, a veces, nos pide silencio para que podamos encontrar la paz interior que tanta falta nos hace. Y nos quiere hacer entender que, con la llegada del nuevo sol, existe una nueva oportunidad de vivir, extrañamente, todos los días.





Sin duda, el mayor error que solemos cometer es no valorar las cosas que tenemos, pensando siempre en aquello que nos falta. Deberíamos aprender a ver siempre las cosas buenas, olvidando y apartando, ignorando incluso, las cosas negativas. 

Deberían enseñarnos a no aferrarnos a nada ni a nadie, a tener muy claro que las cosas materiales solo llenan el vacío del alma que las personas dejan. 

Ojalá nuestro objetivo en la vida fuera siempre ser libres, sabiendo romper con rudeza las cadenas que nos hacen esclavos, y sería maravilloso saber amar de forma desinteresada. Ser valientes dando amor hasta quedarnos vacíos, para poder empaparnos de más amor y volver a darlo. 

Finalmente, sentir que la vida es un ciclo: que todo lo que siembras lo recoges, que todo lo que amas te ama, que la felicidad que sientes será aún mayor cuando la recibas, que todo lo que das vuelve.



viernes, 30 de diciembre de 2016

Otra carta bajo la luna




En aquella estrellada noche de Septiembre, recuerdo notar como la tímida brisa del final del verano se colaba por debajo de mi fina camisa vaquera, para terminar erizando toda mi espalda. Con los ojos cerrados, podía sentir tu cálido aliento sobre mi nuca y tus brazos rodeando mi cintura. Tus manos fueron recorriendo mi esbelto torso hasta terminar enredadas en mi pelo. Quedamos congelados en un beso lento y lleno de pasión. 
Su mano derecha se perdió en uno de los bolsillo y mis piernas comenzaron a temblar. Me inundó una sensación de mareo, en mi estómago debió desencadenarse un tsunami. Nos miramos a los ojos sintiendo la serenidad de la noche, un silencio sepulcral se expandía por el ambiente y todo quedaba iluminado por la tenue y pálida luz de la luna. 
Sus carnosos labios comenzaron a recitar, con voz quebrada, aquellas palabras que emborronaban el papel. Decía así: 

"Mía. Sólo mía. Miísima. Más mía no puedes ser. Y no porque yo te lo diga, sino porque así lo has decidido tú.
Mía. Sólo mía. Miísima. Esa mía tan tuya de la que me he enamorado. Esa tuya tan nuestra que ahora siento sólo mía. Pero no es una mía de tenerte aquí atada conmigo. Es una mía que nada tiene que ver con la posesión.
Porque contigo he aprendido que con la puerta abierta nadie se va. Porque contigo ya no soy lugar, sino destino. Porque mi máxima aspiración es llegar a convertirme en tu hogar, ese sitio al que siempre quieras volver"

Ahora, déjame decirte que siempre he sido tuya. Incluso mucho antes de conocernos.